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Celebramos 25 años del asesinato de nuestros hermanos de Bugobe

MENSAJE DEL H. ERNESTO SÁNCHEZ BARBA, SUPERIOR GENERAL

El próximo domingo, 31 de octubre de 2021, recordamos y celebra­mos 25 años del asesinato de nuestros hermanos de la comunidad de Bugobe – Nyamirangwe. Eran los Hermanos Servando Mayor, de 44 años, Miguel Ángel Isla, de 53, Fernando de la Fuente, de 53, y Julio Rodríguez, de 40. Nos unimos hoy en nuestros pensamien­tos de manera especial a las familias de nuestros cuatro hermanos, a sus Provincias y a sus amigos cercanos que aún sufren su pérdida.

Creo que la historia es conocida por todos, cuatro hermanos maristas que hacen presencia y atienden a los des­plazados por una de las grandes guerras del siglo XX, la guerra de Rwanda y la región de los Grandes Lagos. Una guerra donde murieron violentamente miles de personas. Un desastre humanitario considerado Genocidio.

La comunidad de Bugobe, ubicada en territorio del Zaire (Congo), había iniciado su labor solidaria en octubre de 1994. La comunidad empezó con seis herma­nos ruandeses, pero con el tiempo se vio conveniente una presencia que aportara internacionalidad, integrándose her­manos de más allá de Africa. Dos años después, debido a la guerra continua y al clima político, debieron salir los herma­nos africanos quedándose los 4 herma­nos españoles Miguel Ángel y Servando en un primer momento y un poco más tarde, Fernando y Julio.

Son hermanos dignos de nuestra admiración y entran en la categoría de los grandes modelos maristas, haciendo parte de tantos otros hermanos que “amaron hasta el final” en los cinco con­tinentes. Valoramos mucho su acto de entrega. Nos asombra y admiramos su fe, esperanza y caridad, su compromiso, su disponibilidad a dejar la comodidad y la seguridad para ser una presencia ma­rista entre un grupo aislado y frágil como lo era ese gran grupo de desplazados.

Los hermanos atendían a las personas que huían de su país debido a la guerra. Junto con ellos, recordamos a tantos hermanos y hermanas nuestros en otras partes del mundo que acompañan y han acompañado situaciones semejantes, arriesgándolo todo por amor.

Hacemos notar que los cuatro hermanos fueron asesinados como comunidad. Quiero resaltar el testimonio de vida en común. No fueron cuatro individuos aislados, fue una comunidad marista, trabajando juntos, viviendo en fraterni­dad. Discernieron juntos sus decisiones significativas. Estamos llamados a vivir la fraternidad en nuestras comunida­des como una experiencia vital, a ser hogares de luz en las situaciones de oscuridad.

El título del Libro, editado en 1997, que narra la vida de estos hermanos se llama: Amaron hasta el final. Vivieron el amor de forma que no optaron por conservar la vida, sino de arriesgarla. Hicieron lo que creían que tenían que hacer. Entre los últimos diálogos con el Superior general decían: “No podemos abandonar a quienes ya están abando­nados de todos.”

Sin duda que en el interior de cada uno de nuestros hermanos surgía una fuerza profunda que les venía de Dios y de María, y los hizo capaces de una entrega incondicional y total. Es significativo el Cristo que se encontró entre los escom­bros de su casa, un Cristo mutilado, recuerdo de Jesús entregando su vida sin límites.

El testimonio de nuestros hermanos, nos anima hoy a todos los Maristas de Champagnat, hermanos y laicos, a “responder con audacia a las necesida­des emergentes” y a “caminar con los niños y jóvenes marginados de la vida”, siguiendo la invitación del XXII Capítulo general.

Los invito a que estos días, alrededor del día 31, tengamos un espacio para orar, agradecer y celebrar la vida de nuestros cuatro hermanos de Bugobe. Que sea una ocasión para reflexionar sobre nuestro testimonio actual, personal y comunitario, como familia y como obra educativa, con relación a las situacio­nes de pobreza y marginación que nos rodean.

Que Maria, nuestra Buena Madre, y San Marcelino Champagnat, continúen inspi­rándonos en nuestra respuesta al segui­miento de Jesús, amando hasta el final.

Aquí encontrarás otras informacio­nes sobre los Hermanos Mártires de Bugobe